Triangulación de café: el atajo arancelario que amenaza la prima de Colombia

Contexto 2025: un tablero arancelario que cambió el juego

Desde el 6 de agosto de 2025, Estados Unidos aplica un arancel del 50% al café verde de Brasil, lo que encareció de forma inmediata el acceso del mayor productor mundial al principal mercado consumidor como país. El efecto fue doble: reorganización de flujos comerciales y presión alcista sobre costos para tostadores norteamericanos, que comenzaron a diferir compras y a buscar sustitutos mientras se definían nuevos términos comerciales.

Para Colombia, cuyo café verde entra a EE. UU. con un arancel del 10% , el nuevo escenario luce, en apariencia, como una ventana de oportunidad. Pero esa ventana trae un riesgo sistémico: la triangulación, es decir, que café brasilero busque un “puente” en países con arancel menor para reexportarse a EE. UU. con una tasa más baja.

¿Qué es la triangulación (y cuándo cruza la línea)?

Hablamos de triangulación cuando el café de un país con arancel alto pasa por otro país solamente para reempacarse, mezclarse o realizar procesos menores, y luego reingresa al mercado destino como si fuera originario del país “puente”. En términos aduaneros, esto viola las reglas de origen si no hubo transformación sustancial: mezclar, reempacar, trillar o descafeinar levemente no cambian el origen.

En cambio, tostar o producir soluble sí constituyen transformación sustancial a efectos de origen; es decir, el país donde se tuesta o se fabrica el instantáneo se considera el origen aduanero del nuevo producto. Este criterio ha sido reiterado por la aduana y en avisos del Federal Register. Ojo: la exención de marcado para café tostado no elimina la obligación de declarar origen correcto cuando aplica.

El costo oculto: cómo la triangulación erosiona la caficultura colombiana

1) Pérdida de confianza y caída del diferencial. La prima del “Café de Colombia” existe porque el comprador confía en calidad + trazabilidad. Si surgen dudas de origen—por volúmenes atípicos, precios anómalos o inconsistencias documentales—los compradores ajustan: pagan menos o postergan decisiones. En un entorno ya tensionado por el arancel del 50% a Brasil, muchos importadores de EE. UU. están comprando con mayor cautela y revisando inventarios para ganar tiempo.

2) Más inspecciones, demoras y caja inmovilizada. Cuando hay sospecha, Aduanas intensifica controles: retenciones, verificaciones de documentación y, llegado el caso, decomisos. Cada día parado en puerto es dinero atascado, riesgo de pérdida de calidad y ruptura de flujos de caja para exportadores y tostadores. La aduana tiene criterios y precedentes claros sobre origen y triangulación en café; el escrutinio sube cuando los incentivos para evadir aranceles son evidentes.

3) Seguros y financiación más caros. Mayor riesgo regulatorio = primas de seguro más altas y bancos más conservadores en prefinanciaciones. Si Aduanas concluye que hubo origen mal declarado, la sanción puede incluir confiscación de la carga. En una cadena de márgenes estrechos, ese riesgo extra no es marginal: pega en la utilidad y en el flujo.

4) Presión bajista sobre diferenciales y precio interno. El ingreso de café extranjero barato para reexportación como “Colombia” distorsiona la oferta y empuja a la baja los diferenciales de nuestro origen. A corto plazo algunos elevan ventas; a mediano, todos cobran menos, empezando por quienes sí cumplen. En paralelo, las tensiones por el arancel elevan costos a los tostadores estadounidenses, que buscan compensar presionando precios aguas arriba.

5) Estadísticas engañosas y señales públicas erradas. El volumen exportado puede inflarse como si fuera producción nacional. Eso sesga diagnósticos de productividad, inversión y política sectorial. Incluso la Contribución Cafetera—USD $0,06/lb en verde—crecería por mayor volumen, pero sobre una base frágil que deteriora a futuro la rentabilidad real del origen.

Reglas de juego: lo permitido (y lo que no) para operar sin sobresaltos

Si una empresa en Colombia tuesta café verde importado o fabrica instantáneo, el producto resultante puede declararse con origen Colombia por transformación sustancial, siempre que la documentación técnica y comercial lo respalde (fichas de proceso, mermas, valorización). En cambio, si sólo mezcla o reempaca café verde importado y lo exporta verde, el origen no cambia y declararlo como Colombia expone a sanciones. Esta línea es clara y está documentada por la aduana de los Estados Unidos.

Llamado sectorial: cero tolerancia a la triangulación

La triangulación no es una oportunidad, es una trampa: deteriora la prima, encarece seguros, alarga ciclos de caja y siembra desconfianza en el mercado. Proteger la reputación del “Café de Colombia” exige cumplimiento verificable, procesamiento legítimo y denuncia temprana de ofertas “demasiado buenas para ser verdad”. En un entorno de escrutinio creciente y regulaciones de debida diligencia, cumplir (y demostrar que cumples) es ya una ventaja competitiva.

¿Qué opinas del gran riesgo de la triangulación que está corriendo la Caficultura Colombiana? Te leo en los comentarios.

Que tengas un excelente día y por supuesto muy felices cafés.

Juan Felipe Jaimes V

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