Cultivo de café en Colombia, 8 claves del éxito comercial

Desde que llegaron los primeros cafetos al país en 1735 el cultivo de café en Colombia ha pasado por muchas etapas. La primera de ellas fue la de consolidación y recorrido por todo el país donde su cultivo empezó de manera comercial en norte de Santander, gracias a la bendición y promoción del Padre Francisco Romero en Salazar de las Palmas.

 

Posteriormente el cultivo de café en Colombia se trasladó al departamento de Cundinamarca donde se fundaron las primeras grandes haciendas cafeteras administradas por empresarios con excelentes vínculos con la corona Española y que tenían la capacidad financiera para realizar créditos para sembrar grandes extensiones de tierra en café.

 

Luego, cuando se proclama la independencia de Colombia el 20 de julio de 1810 y posteriormente se ratifica el 7 de agosto de 1819, el cultivo de café cambia y deja de ser de grandes terratenientes para convertirse en una caficultura de aparceros y pequeños propietarios.

Este cambio se dio gracias a la Ley Tierra de la primera constitución de nuestro país, que dictaba que, si una persona ocupaba un territorio y desarrollaba una actividad productiva en él, por 5 años, podía reclamar su propiedad. Con este incentivo muchas familias se aventuraban a nuevas tierras donde tenían que abrir monte con sus propias manos y empezar a desarrollar cualquier actividad agropecuaria para poder tener el beneficio de la reciente ley de tierras.

Y fue así como se gestó la colonización Antioqueña, la cual llevó el cultivo de café al suroeste del departamento y posteriormente lo llevó a los departamentos del Quindío, Risaralda y Caldas donde se desarrollaría el que hoy es conocido como el eje cafetero y donde se declaró el paisaje cultural cafetero como patrimonio de la humidad según la Unesco.

 

El cultivo del café en Colombia siguió su camino al sur del país, pasando por el Tolima, el Valle del Cauca, el Huila y finalizando en el departamento del Nariño. Formando así el mapa cafetero que conocemos hoy en día en Colombia.

 

Ya con el cultivo de café distribuido en todo el territorio nacional, se empezaron a dar las primeras exportaciones del producto y la primera de ellas se realizó en 1835. En los años siguiente la producción del grano siguió aumentando, el mercado ya empezaba a reconocer el café de Colombia por su calidad y la industria alrededor del café se empezó a formar.

 

En las principales ciudades del país se empezaron abrir las trilladoras de café, donde la mayor fuerza laboral estaba representada por mujeres, quienes tenían la responsabilidad de escoger manualmente grano a grano la mejor calidad. Fue así como el café se convirtió en el principal producto de exportación del país y en la industria que generaba más empleos, tanto en el campo como en la ciudad.

 

Transformación del cultivo del café en Colombia

 

Por la gran importancia del sector cafetero en el país, en 1927 se reúnen los principales empresarios del café y crean la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), desde ese momento el cultivo de café en Colombia tiene otra transformación.

La FNC en cabeza de los principales empresarios del café del país inicia a tomar medidas que marcaron la historia del cultivo de café en Colombia. Una de ellas fue la creación de CENICAFE que años después se convertiría en uno de los centros de investigación de café más importantes en el mundo.

Otra fue la creación del servicio de extensión que ponía a disposición de los productores de café, profesionales que tenían toda la responsabilidad de transferir todo el conocimiento técnico que se generaba en CENICAFE a los cafeteros, para que fueran cada vez más productivos y rentables. Y quizás la mejor decisión de que ha tomado la FNC en toda su historia, fue la creación de Juan Valdez en 1960, acción que puso el café de Colombia en los ojos del mundo.

 

En la década de los 60’s también ocurrió la llamada revolución verde en el cultivo de café en Colombia. Esta revolución consistió en la utilización intensiva de fertilizantes para mejorar sustancialmente la productividad de los cafetos y así producir mayor cantidad de café en menor área de cultivo.

 

Los años siguientes fueron prósperos para la caficultura colombiana, en plena Guerra Fría se crea el pacto internacional de cuotas, el cual le garantizaba a los países latinoamericanos un precio del café que se movía en unas bandas que garantizaban la rentabilidad del negocio. Y así fue como los productores se despreocuparon por observar el mercado para entenderlo mejor y buscar mejores formas de hacer negocios, dado que ya como estaba, funcionaba muy bien.

 

Pero en 1989 cae el muro de Berlín, se acaba la Guerra Fría y de igual manera se termina el pacto internacional de cuotas y el precio del café a nivel internacional se empieza a derrumbar.

 

Las décadas siguientes se enfocaron en la productividad y en la creación y distribución de variedades de café resistentes a la Roya (principal enfermedad del cultivo de café) Cambiando la mayor parte del parque cafetero de Caturras, Borbones y Typicas a variedades como Colombia, Tabi, Castillos y ahora Cenicafe 1.

 

Este cambio de variedades también cambio el perfil sensorial del café de Colombia causando la desconexión de los clientes acostumbrados a la suavidad del café colombiano y generando cuestionamiento en el modelo de negocio que se estaba llevando hasta ese momento.

 

Ahora el cultivo de café en Colombia debe pensarse como se hizo en 1960 y estudiar el mercado, leer lo que está buscando y cómo con las ventajas comparativas que tiene el país, ser los mejores en un segmento determinado del mercado, como se logró en su momento con Juan Valdez.

 

8 Claves de éxito para el cultivo del café en Colombia

Ahora la responsabilidad de los productores de café es pensar en sus clientes finales en cada una de las etapas del cultivo de café en Colombia:

1. Pensar en cómo la ubicación de la finca donde está sembrado del café conversa con los deseos y aspiraciones de los compradores, cómo la riqueza natural de la finca se convierte en uno de los diferenciales demostrables del café comercializado.

 

2. En el momento del establecimiento del cultivo, definir las variedades de café que el nicho de mercado al cual le está apuntando la empresa cafetera quiera tener en su portafolio por los próximos 20 años, porque no hay que olvidar que cualquier decisión que se tome en el cultivo de café en Colombia, va a durar por los próximos 20 años.

 

3. En el momento de reproducir el material vegetal y el establecimiento de los almácigos, pensar en cómo se involucra a los clientes, cómo generamos piezas de marketing que le den a conocer a los clientes el proceso laborioso del cultivo de café.

 

4. Cuando se estén realizando las labores de trazado y siembra del café, tener en cuenta todos los conceptos de conservación de suelos y de eficiencia del manejo del cultivo, para aumentar la productividad y adicionalmente tener más argumentos comunicacionales para vender el café que finalmente tendrá el cliente en sus manos.

 

5. Durante el levante, tener en cuenta que en esta etapa se pueden producir alimentos en las calles del café y así aprovechar el terreno y adicionalmente, mostrar la producción sostenible del cultivo.

 

6. Durante la producción, tener siempre en la mente al cliente final, teniendo en cuenta cuál es el punto de madurez ideal que le dará finalmente el sabor que busca el nicho específico de mercado al cual se llegará con el café. Definir cuál será el proceso de beneficio que se llevará a cabo, si va a ser un lavado, un honey o un natural. Qué tipo de trazabilidad necesita el cliente para tomar mucho más fácil la decisión de comprar el café de nuestra empresa cafetera y no el de la competencia.

 

7. En el secado, qué curva de secado se va a utilizar y cómo influye en el sabor que está buscando el cliente final, qué tipo de tecnología se va a utilizar y si esta tecnología de secado es la que aprueba y busca nuestro cliente ideal.

 

8. Cuando se almacene el café, definir cuál es el tiempo ideal de estabilización del café que se está produciendo, cuál va a ser el tiempo estimado en el cual el cliente tendrá el café en sus manos y si es posible conservar la calidad del café el tiempo necesario para que el cliente lo pueda disfrutar de principio a fin.

 

Esta es la nueva revolución que se debe dar en el cultivo de café en Colombia y los productores que ya lo están haciendo, son los que están teniendo mayor proyección en el mercado, generando relaciones a largo plazo con sus clientes los que se involucran en la creación de los cafés que quieren tener en sus canales de distribución. Y de esta manera los productores podrán estar mucho más cerca del consumidor final y por consiguiente podrán tener acceso a mayor cantidad de valor y utilidad de su negocio cafetero.

 

Juan Felipe Jaimes V

Co-Fundador

Lavaive S.A.S.